El t¡tulo de esta monograf¡a presenta, ya de entrada, un interrogante que preocupa tanto a la opiniÂón generalizada como a la acadÂémica. Ordinariamente, la cuantificaciÂón de las infracciones penales se relaciona con la seguridad ciudadana en tanto que Âésta se relaciona a su vez con la delincuencia. Parecer¡a mÂás adecuado, en principio, la sustituciÂón de la expresiÂón seguridad pÂública por seguridad ciudadana, pero tampoco esta propuesta es totalmente satisfactoria. Lo cierto es que ambas expresiones se conectan por parte de la doctrina con la nociÂón de polic¡a administrativa y eso nos parece acertado, pero el abuso de la nociÂón de polic¡a administrativa y de orden pÂúblico en los reg¡menes autocrÂáticos, y en particular el que ha presidido nuestra historia reciente, no justifica que desde el dise?o constitucional y hasta ahora no exista un mayor claridad al respecto, al menos en el campo cient¡fico.